‘Más allá del fútbol estamos nosotros’. Corría el año 2003, una temporada especial por muchas cosas, una por encima del resto: el reencuentro. Hacía mucho tiempo, demasiado, que el balón no cruzaba nuestros caminos, pero no importaba, como decía aquel tifo en Vallekas, más allá del fútbol siempre hemos estado y siempre estaremos nosotros. Brigadas Amarillas y Bukaneros, dos nombres, dos grupos diferentes, de ciudades diferentes y clubes diferentes, pero al mismo tiempo tan iguales, tan parecidos y, sobre todo, tan unidos. Tanto que el paso de 20 años, uno tras otro, los obstáculos, la represión, la distancia, la Segunda B, el no coincidir, solo han conseguido que, dos décadas después, sigamos más unidos que nunca.
Aquí y allí, en la Tacita y en el Valle del Kas. Muchos momentos inolvidables, juntos en la grada del Carranza, en el Fondo de Vallekas, en tantos estadios y ciudades. Ardua tarea acordarse de todos, imposible olvidar alguno.
Un simple intercambio de cartas, en aquellos dorados años en los que internet aún quedaba tan lejos, fue el germen de lo que hoy es sin duda uno de los hermanamientos no solo más longevos, sino también más sólidos, más auténticos. Una hermandad que ha dejado de ser solo de grupos ultras para trascender a ambas aficiones, a ambos clubes.
Aquel primer contacto en Cádiz, aquellos emigrantes de la Sección Madrid que tanto influyeron en los primeros años de Bukaneros, aquellas manifestaciones juntos en el 20-N, aquellas visitas de ida y vuelta, esa temporada del reencuentro que tanto impulsó la relación, aquellas visitas en liguillas de ascenso de uno y otro, en Cádiz, Vallekas o donde fuera, los aniversarios, fiestas o actos, la reciente represión en la que hemos vuelto a estar juntos, la unión de las nuevas generaciones… Una hermandad que forma parte de la filosofía de ambos grupos y que es heredada por los más jóvenes. Uno puede entrar nuevo al grupo, saber poco o nada, pero lo primero que aprende es que a centenares de kilómetros tiene a un grupo que no está formado por colegas ni por amigos, sino por auténticos hermanos.
Por los que estuvieron, los que están y los que vendrán. Porque más allá del fútbol siempre estaremos nosotros. Porque dos décadas hermanados merecen una celebración…
De la Tacita al Valle, 20 años de grada y calle