Desde el colectivo
cadista y antifascista Brigadas Amarillas queremos mostrar nuestro total
desacuerdo ante la decisión tomada por el Instituto Municipal de Deportes por
la cual los partidos del Cádiz C.F. Virgili como local se jugarán a puerta
cerrada.
No solo se trata de un
ataque que va contra los aficionados, sino hacia el mismo fomento de los
deportes minoritarios. El incidente tuvo lugar en un partido concreto y,
después de ese, no ha ocurrida nada más. Mantener a puerta cerrada el complejo
no favorecerá al equipo ni es la forma más eficaz de afrontar el incidente, del
que ya el equipo ha recibido la sanción oportuna.
El Ayuntamiento y el
Instituto Municipal de Deportes tienen el deber de colaborar con el Virgili o
con cualquier equipo de la ciudad para que puedan seguir creciendo en lugar de
ponerles trabas. Y el papel que juega el aficionado debe entenderse como
esencial para lograr los objetivos del conjunto gaditano. Criminalizar la
animación no hace otra cosa que romper esa conexión entre equipo y afición que
en muchas ocasiones determinan la victoria del equipo.